El establecimiento de Copiapó transformó su antiguo huerto en un espacio de contención emocional que promueve la autorregulación, el contacto con la naturaleza y el bienestar de estudiantes, gracias al trabajo colaborativo de la comunidad educativa, la “Patrulla Roja” y el apoyo del Servicio Local de Educación Pública de Atacama.

En un rincón lleno de color, aromas y tranquilidad, la Escuela El Chañar de Copiapó concretó una significativa iniciativa: la creación de una plaza socioemocional al aire libre, destinada a favorecer la contención y regulación emocional de sus estudiantes. El espacio, antes utilizado como huerto escolar, fue reconvertido en un entorno natural de bienestar, donde conviven mobiliarios confortables, plantas ornamentales y hierbas medicinales cultivadas por las y los propios estudiantes .

El proyecto nació del compromiso conjunto de la comunidad educativa y el voluntariado estudiantil “Patrulla Roja”, quienes lideraron la recuperación del espacio con entusiasmo y creatividad. Las y los integrantes de este grupo se encargaron de plantar, pintar y decorar el lugar, contando con la colaboración del Centro General de Padres y Apoderados y el apoyo financiero del Servicio Local de Educación Pública de Atacama, que hizo posible materializar la iniciativa.

El director del establecimiento, Claudio Aguirre Rojas, destacó el valor educativo y humano del proyecto: “Queríamos crear un espacio abierto donde estudiantes con desregulación emocional o condiciones del espectro autista pudieran encontrar calma, conversar o simplemente respirar. Este lugar no solo está pensado para ellos, sino también para cualquier integrante de la comunidad que necesite un momento de tranquilidad o conexión con la naturaleza”.

El espacio, denominado “plaza socioemocional”, busca fortalecer la dimensión emocional y convivencial dentro del proceso educativo, ofreciendo una alternativa concreta para el autocuidado y la regulación de emociones, tanto para estudiantes como para docentes y asistentes de la educación.

Con esta iniciativa, la Escuela El Chañar reafirma su compromiso con una educación pública inclusiva, humana y centrada en el bienestar integral, demostrando que los aprendizajes más valiosos también florecen entre colores, plantas y emociones compartidas